Ya sea de manera directa, por Facebook y el email, cada cierto tiempo muchas madres, padres, familias nos hacen ver su afecto y agradecimiento por haber formado parte en la vida de sus hijos e hijas. Para ser francos, estas palabras nos hacen muy bien, son reconfortantes, pese a que no son buscadas como objetivo de nuestro trabajo, por el contrario, nos anima desde hace 32 años sólo un fin, hacer niños y niñas felices, lograr que mediante el juego logren comprender no sólo el mundo exterior sino aspectos tan relevantes en la vida posterior como la amistad, el trabajo en equipo, el respecto a la diversidad, el amor por la naturaleza entre otros. Queremos compartir con ustedes este hermoso saludos de familia del Centro Avda Brasil en Valparaíso y que refleja en el el sentir de cientos de familias desde nuestra fundación en 1980. Gracias.
Email.
Estimada Cecilia,
En la medida que nuestro hijo crece, crece con él a una escala superlativa el amor con que hacemos lo cotidiano, ponemos toda nuestra energía hasta en el más pequeño detalle, desde que nos levantamos hasta que le damos el último abrazo antes de que duerma, y todo eso no es suficiente para satisfacer la necesidad, el deseo y la obligación de entregarle lo mejor, siempre queda la sensación de que puedo hacer
mas, puedo entregar más, lo pude hace mejor.
Es en este espíritu en el que encontramos a este grupo, el que recibió a nuestro hijo, que con el tiempo, lo hizo suyo en seno de la educación. Muchos son los rostros que vienen a mi mente que aportaron con sus conocimientos y aprendieron tanto como le enseñaron, porque educar es también una escuela.
Todos esos rostros (Uds.) nos entregaron tantas emociones a través de nuestro hijo: cuando nos canta; nos habla y al hacerlo hace gala de sus nuevas palabras; es impresionante escucharlo expresar su aprendizaje cuando le faltaba el aire para contar cuentos que emanan de una sola imagen de un libro o una revista; la primera vez que hizo una suma; la primera vez que escribió su nombre (su primera palabra en el papel), no se pueden retener las lagrimas de tanta emoción, de
verdadero amor, del más puro que se puede sentir al mirar su cara inocente rebosante de deseos, necesidades y alegría cuando nos lo devuelven a diario. Gracias por todas esas emociones.
A través de estas palabra quiero hacer extensiva las felicitaciones que recibimos por el resultado que obtuvo nuestro hijo en una de las pruebas de admisión en el colegio que continuará la labor que uds. iniciaron, y espero hacerlas sentir tan orgullosas como nos sentimos nosotros al recibirlas, porque eso fue lo que me dijeron:
«Felicitaciones, a su hijo le fue muy bien, por sobre el promedio», nosotros sabemos que nuestro hijo no está fuera del promedios de los niños de su edad en sus capacidades, es solo que entre uds. y nosotros, sus padres, hemos hecho una gran labor.
Con las 2 frases que inicio estas palabras quiero mostrar uds. nunca no saldrán nunca de la vida de nuestro hijo, por lo tanto tampoco saldrán de las nuestras, gracias por todo ese amor y la parte de sus vidas que nos han entregado. Fvr. dile esto a todas las educadoras del jardín, no solo a aquellas que están con nuestro hijo.
Cariños
Maria Eugenia y César