No tardamos en reaccionar, 6 de nuestras colaboradoras y sus familias habían sido afectadas por el incendio en Valparaíso, además 2 familias, de nuestros apoderados, también habían corrido la misma suerte. Nuestras Directoras y sus equipos se organizaron, se sumaron ideas e iniciativas, se organizó el trabajo y la ayuda de Charlie Brown comenzó a ocurrir, como ha sido siempre, cada vez que se ha hecho necesario solidarizar con el dolor de otros. Hoy podemos afirmar con orgullo que tenemos un gran equipo humano que ha estado esta semana trabajando intensamente en canalizar la ayuda y lograr recuperar el ánimo de todos los afectados. Pero no podíamos sólo intentar resolver las necesidades de nuestros más cercanos, también había una comunidad entera en los Cerros Ramaditas, La Cruz y otros que estaban sufriendo pérdidas y por ello seguimos trabajando en reunir vestuario, alimentos, útiles de aseo y materiales de construcción. Resultado final de toda esta positiva energía han sido nuestros donativos que se entregaron en diferentes lugares, centros de acopio en Valparaíso. Estamos felices, además de nuestro pequeño aporte, hemos visto la solidaridad espontánea de muchas personas, jóvenes, bomberos, personas anónimas que sumando fuerzas están ayudando. No será el último incendio, probablemente la naturaleza o la acción del hombre seguirá golpeando pero si este desastre nos deja lecciones es la gran calidad humana de muchas y muchos chilenos que unidos en la adversidad logran salir adelante.